"Educar a un joven no es hacerlo aprender algo que no sabía, sino hacer de él, alguien que no existía" (John Ruskin)

jueves, 27 de octubre de 2011

LA RENOVACIÓN PEDAGÓGICA EN EL SIGLO XVII

En el siglo XVII en el campo de la educación surge la necesidad de introducir en la escolástica, la nueva ciencia y el método científico, debiendo modificar por consiguiente a la pedagogía. En este cambio surgieron las primeras escuelas populares y se incrementaron las de educación media de tipo humanístico. Mientras que en algunas partes de Europa se consideraba suficiente que los jóvenes de origen humilde aprendieran un oficio (aprendizaje familiar y de taller), en otros lugares existían escuelas de tipo práctico y moderno que incluían en la currícula lectura, escritura, aritmética y contabilidad. Así mismo, en las universidades se estudiaban las profeisones liberales de médico, abogado, entre otras. Además existían las academias ó escuelas de príncipes, en donde se les brindaba preparación como futura clase dirigente.
         La academia que tuvo un plan de estudios más variado fue la Queen´s Elizabeth Academy. Éste tipo de escuelas estaba destinada sólo a un sector privilegiado de la sociedad, cuya preparación estaba destinada a la ocupación de cargos públicos. Mientras tanto las escuelas clásicas, carecían de materias modernas como ciencias, geografía e historia. Hubo entonces un periodo de discordancia entre lo que se enseñaba en las escuelas y las exigencias de la ciencia y la economía, para lo cual era necesario cambiar las prácticas clásicas de memorización y disciplina mecánica por una enseñanza que llevara al joven a un mundo más rico y complejo. Por consiguiente había que renovar la educación en la cual se respetara la dignidad del hombre, convirtiéndolo en dueño y señor de toda realidad cultural y económica.
         Ratke señala algunos principios útiles a la pedagogía del futuro, como son la importancia y la prioridad de la enseñanza de la lengua nacional, la necesidad de una instrucción básica universal y la reacción contra el mnemonismo. Alsted compuso una didáctica, que consistía un método de estudio. Propone además que los jóvenes bien dotados estudien en los gimnasios y no en escuelas populares. Mientras que Andrëa intentó reformar las escuelas, cuyos métodos y contenidos critica sin piedad. Además en una de sus obras presenta el bosquejo de la escuela cristina ideal donde se enseñan religión, lenguas y ciencias, por maestros que conocen el espíritu infantil lo que genera que se aprenda con interés natural.
         Juan Amos Comenio, tomó de sus maestros, la conciencia de reformar a fondo la enseñanza. Escribió una gran cantidad de libros entre los que destacan aquellos de carácter pedagógico en especial “La Didáctica Magna”, siendo famoso además por sus manuales escolásticos para el estudio de las lenguas. La pedagogía de Comenio se caracteriza por un fundamento religioso, caracterizándose sus escritos pedagógicos por la presentación de ejemplos y analogías del mundo de la técnica y el trabajo manual. Considera al hombre como un microcosmos, quien lleva en sí el conocimiento del universo, pero que necesita ser encaminado para destacar, de manera que a través de la educación se logran buenos frutos, mientras que a la falta de ésta le conlleva la brutalidad y el salvajismo del hombre.
         Comenio considera a la mujer de mente ágil y apta para comprender la sabiduría al igual que el hombre, siendo una afirmación en la cual refleja la equidad de género. Proclama una educación para todos sin distinción de sexo, edad, raza ó clase social, en la que los fines de la educación sean la devoción, instrucción y virtud, para llegar a una meta más allá de lo inmediato. Esto a través de la germinación de las semillas interiores estimuladas por experiencias oportunas, variadas y ricas. Una de sus frases célebres fue “enseñar todo a todos” fundamentando el conocimiento de los principios generales de las cosas y además en la idea de que el hombre no sólo sea un espectador, sino actor del mundo.
         El ideal de Comenio era el desarrollo armonioso del hombre microcosmos a través de su familiarización con el cosmos, siendo el ideal educativo  “servir a Dios, al prójimo y a sí mismo”. Comenio decía que conocer es algo placentero y que a veces los mismos maestros hacen que ese placer se pierda y el estudio sea visto como algo tedioso y aburrido, por consiguiente para llegar a buenos resultados se debe respetar la naturaleza del hombre. Mencionaba que el niño capta el todo antes que las partes, motivo por el cual se le debería enseñar desde el primer momento un poco de todo.
         Comenio atribuía importante valor a la organización de la escuela, proponiendo la organicidad del saber en tres niveles primario, secundario y superior con una duración de 6 años cada uno, antecediéndoles la escuela materna, la cual estaba bajo la responsabilidad de los padres hasta el cumplimiento de los seis años de edad. La escuela según Comenio era de tipo formativa e informativa, establecía que el horario de estudio debería ser de cuatro horas en los niveles primario y secundario, había una tendencia a prácticas demasiado mecánicas, en cuanto a la repetición, memorización  e imitación. Además para el tercer nivel consideraba necesario tanto una selección como una orientación que se debería trabajar antes de terminar el periodo secundario. Comenio propuso un método para cultivar lo verdaderamente humano en el hombre.
         Los jansenistas por su parte crearon una obra educativa que estaba fundamentada en la reflexión del hombre  para aniquilar todo impulso de soberbia y confiar únicamente en la gracia divina. Fundaron pequeñas escuelas (petites écoles) , en las cuales se difundía una educación que invitaba a la ejercitación de la racionalidad del discípulo, para llegar al reconocimiento de su la irremediable debilidad de su propia naturaleza. Uno de sus principales representantes fu Blas Pascal, para quien la experiencia precede a la razón, la fe es el término a que el hombre debe llegar y que sus dignidad reside en el pensamiento siendo su principio de moral, el pensar rectamente.
         San Felipe de Neri, fundador de la Congregación del Oratorio, se dedicó a la educación de las clases acomodadas, con base en la moral y la religión. Mientras que la congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, fundada por Juan Bautista de la Salle se dedicó a la educación de las clases populares, en las que regía el absoluto silencio, signos convencionales de comunicación del maestro hacia los alumnos, la memorización y los azotes, formulando entre otras cosas la idea de la enseñanza obligatoria.
         Bossuet y Fénelon se preocuparon únicamente de la educación de las altas clases sociales, el primero de ellos con una pedagogía con un prudente sentido de equilibrio y una decidida voluntad por que el educando adquiera el conocimiento, mientras que el segundo sostenía que la mejor forma de instruir a un niño era dejándolo jugar para sacar partido de su curiosidad, manifestando la importancia de que la alegría y la confianza estuvieran presentes de manera ordinaria en la enseñanza y defendiendo la pedagogía del interés. Respecto a  la educación de la mujer, Fénelon decía que sólo las muchachas excepcionalmente dotadas podían acceder a los estudios clásicos, mientras que las demás a la educación religiosa, moral e intelectual.
         El pietismo fue un movimiento religioso – educativo, que poseía un corte democrático, siendo su principal representante Francke, quien fundó escuelas populares y gratuitas, en las que el estudio ocupaba gran parte del tiempo, e juego se toleraba sólo bajo la forma de trabajo manual. Introduce un aspecto muy importante en la educación “la planificación de las actividades”, lo cual se hacía de manera detallada, especificando las tareas de cada alumno, bajo el principio de Lutero “se sirve a Dios trabajando y siendo útil a la sociedad”.

Abbagnano, N. Y A. Visalberghi. (2009). Historia de la pedagogía. México: Fondo de Cultura Económica. la renovación pedagógica en el siglo XVII (298-316)
        

LA EDUCACIÓN EN LA EDAD MEDIA Y LA ALTA ESCOLÁSTICA

En los siglos VII y VIII la cultura en Europa queda reducida a cero, sin embargo no dejaron de existir por completo los centros de ésta índole, existiendo en Italia escuelas sobre todo de gramática, retórica, leyes y medicina. Pero en el resto de Europa la cultura comenzó a renacer a través de la influencia de Carlomagno, enfocándose especialmente en los clérigos para que éstos a su vez fundaran escuelas y difundieran la cultura, creando Academia Palatina, la cual constituyó el centro de reconstrucción intelectual de Europa. Cabe señalar que durante la Edad Media la corte del rey Federico II de Sicilia, fue uno de los más grandes centros de cultura en el que se encontraron las corrientes de la filosofía árabe y la filosofía cristiana, floreciendo además la primera escuela italiana de poesía.
Durante la Edad Media, las escuelas estaban bajo la responsabilidad del clero, eran monásticas, parroquiales y catedralicias u obispales. Las parroquias daban instrucción elemental, mientras que monasterios y las catedrales educación media y superior, los maestros eran escasos y sabían sólo un poco más que sus alumnos, ya que resultaba difícil que recibieran una preparación adecuada para tal fin. De las anteriores las escuelas catedralicias eran las más importantes ya que dependían directamente del obispo. Estas escuelas extendían diplomas de estudios (licentia docendi) que facultaban a sus egresados para enseñar en el área de la diócesis, concediéndose luego en las escuelas catedralicias más importantes una licencia docendu ubique que les permitía enseñar dondequiera, motivo por el cual algunas recibieron el nombre de Studium generale, siendo las más importantes: las de Chartres (gramática y literatura), París (lógica y teología), Bolonia (derecho) y Salerno (medicina).
Durante el feudalismo se practicaba formas sencillas de aprendizaje para los trabajadores manuales y artesanos, mientras que para los señores y caballeros desarrolló una educación para el aprendizaje de las armas y reglas de cortesía. Nace en el feudalismo  la caballería que en un principio se caracterizaba por un conjunto de aventureros sin escrúpulos y hambrientos de tierras, por lo que la iglesia se esfuerza por transformarla en una institución dedicada a la protección de los más vulnerables. La educación de éste tipo se centraba en disciplina moral, buenos modales y sentimientos refinados capaces de apreciar los valores religiosos a la par de los terrenos.
Las escuelas catedralicias dieron origen a la Universidad, la institución cultural más importante de la Edad Media, convirtiéndose en autónoma a raíz de la formación de comunidades de profesores con vistas a defender sus intereses y la disciplina de sus estudios, de todo aquel que quisiera ejercer dominio excesivo sobre ellos. El nacimiento de la universidad como organización para defender los intereses de la libertad de pensamiento, hacen que hasta nuestros días sea la mejor fortaleza de la investigación científica. Así mismo surgen las escuelas comunales, para que los hijos de la nueva burguesía comercial o artesana, recibieran una formación enfocada en las actividades propias de su clase.
En la Edad Media la autorización para abrir una escuela, giraba en torno a una filosofía del entendimiento de la fe cristiana, denominada escolástica, ésta se desarrollaba de dos maneras: el comentario de un texto (lectio) y el examen de un problema mediante el debate de todos los argumentos en pro y en contra (disputatio), mientras que la actividad literaria se desarrollo en forma de comentarios o repertorios de cuestiones. El problema fundamental de la escolástica fue llevar al hombre a la inteligencia de las verdades reveladas, para esto podía recurrir al auxilio de los auctoritas (la opinión de un padre de la iglesia como referencia en la solución de un problema. La escolástica no pretendía revelar la verdad, sino lograr su entendimiento, mediante la filosofía griega con una adaptación a las exigencias de la época, teniendo como objetivo principal la conciliación entre la fe y la razón.
            La escolástica en esa búsqueda de conciliación entre la fe y la razón, atraviesa por los siguientes periodos: ALTA ESCOLÁSTICA (fe y razón en perfecta armonía), EL FLORECIMIENTO DE LA ESOCLÁSTICA (parcialidad de acuerdo entre fe y razón, ya que se considera que ésta última puede llegar a resultados opuestos a la fe) y la DISOLUCIÓN DE LA ESCOLÁSTICA (contraste entre fe y razón).
            Juan Escoto Erigena, fue un pensador de la Edad Media que difundió el pensamiento neoplatónico en la escolástica, según el cual Dios es superior y  trascendente, por lo que el hombre es incapaz de captar positivamente sus atributos. Escoto hace divide a la naturaleza en cuatro tipos: la creada (Dios), la  creada y creadora (Hijo), la creada no creadora (mundo) y la cuarta no creada y no creadora (Dios como fin). Según Escoto “El hombre entiende como el ángel, razona como el hombre, siente como animal irracional, vive como germen, consiste en alma y cuerpo y no carece de cosa alguna creada”.
            Los dialécticos consideran a la razón como el medio por el cual se puede llegar a entender la verdad de la fe, mientras que los antidialécticos defienden las doctrinas reveladas, limitando a la filosofía. Por otra parte San Anselmo decía: “No se puede entender nada si no se tiene fe, pero es necesario confirmar y demostrar la fe con argumentos racionales” ocupándose de fundamentar la existencia de Dios. Respecto a la pedagogía expresó su desaprobación por los métodos de mortificación física y espiritual que se empleaban en las escuelas de ese tiempo: no crece un árbol entre estrechos muros, decía, inspirándose en el vínculo que debe de existir entre el docente y sus discípulos según San Agustín.

NUEVOS HORIZONTES DE LA ESCOLÁSTICA EN EL SIGLO XII
A partir del siglo XI  el horizonte  de la escolástica pasa del dominio puramente teológico a l de la teoría del conocimiento y la filosofía de la naturaleza, pero manteniéndose fiel al criterio de la filosofía griega, según la cual es verdadero el conocimiento que tiene por objeto la realidad del ser. Abelardo defiende a la razón ya que afirma que no se creer en algo que no se comprende y en esa comprensión la razón interpreta un papel principal. Abelardo influyó en la escolástica, en la utilización del método quaestio consistente en enunciar los argumentos en pro y contra de un problema para escoger al fin la solución y refutar las opiniones adversas, siendo ésta la parte más viva de la enseñanza medieval.
Bernando es el iniciador de la mística medieval, la cual tiende a aproximar al hombre a Dios mediante los poderes conferidos al hombre por la gracia divina, centrándose en el camino hacia la ascensión del hombre a Dios. Mientras que Hugo de San Víctor admite la composición atómica de los cuatro elementos (agua, viento, tierra y fuego), juzgando cada cuerpo como un producto de la composición y la fuerza de tales elementos. San Víctor viene a ser para la educación un interesante ejemplo de fusión entre intereses místico – religiosos y científico filosóficos.
            En la escuela de Chartres, se vió un interés particular por las cuestiones naturales, considerando que los cuatro elementos (agua, aire, tierra y fuego) se componen de partículas simples, pequeñísimas e invisibles y que sólo pueden ser captadas por la razón. Para esto Juan de Salisbury afirma que “El sentido corporal, primera fuerza y primer ejercicio del alma, echa los cimientos de todas las artes y genera los primeros principios de las ciencias.

Abbanano, N. Y A. Visalberghi. (2009). Historia de la pedagogía. México: Fondo de Cultura Económica. La Educación en la edad media y la alta escolástica (150-167).

miércoles, 19 de octubre de 2011

LA EDUCACIÓN CRISTIANA PRIMITIVA Y LA PATRÍSTICA

Educación es sin duda un concepto muy amplio que implica varios componentes como son individuos, sociedad, cultura, intereses, fines, medios, entre otros, todos en el ejercicio de una transformación del hombre y de su contexto. Pero tanto los hombres como los contextos son diferentes en cada espacio y tiempo de la historia de la humanidad.

En el presente escrito se habla acerca de la educación cristiana y primitiva, abordada por N. Abbagnano y A. Visalberghi, en su obra Historia de la Pedagogía (2009), quienes exponen a la primera de las mencionadas como una educación basada en la religión para la consagración del hombre a una vida lleva de amor, fe y esperanza. Con el nuevo evangelio viene a cambiar la concepción del hombre, de su razón de ser, de sus ideales, basándola en un actuar conforme a lo establecido en ese modelo de vida, considerando el amor al prójimo, la fe ante todo en un ser supremo y en su representante Jesucristo, así como la esperanza de una nueva vida después de la muerte.

La educación cristiana primitiva planteaba pues que según viviera el hombre, es decir según pensara, actuara y reflexionara respecto a su proceder, sería la oportunidad de acceder a una nueva vida después de la muerte impregnada de Dios. En ésta época el cristianismo pretendía una educación exclusivamente de carácter religioso, donde la única verdad era la establecida en los evangelios donde se indicaba el camino a seguir hacia la conquista de la vida después de la muerte, siendo el ideal pedagógico formar a un hombre nuevo y espiritual, dirigiendo principalmente a los adultos, iniciándolos en la vida cristiana a través del bautismo y admitiéndolos en la preparación hacia la eucaristía.

En ese tipo de educación los primeros maestros fueron simples fieles, siendo después sustituidos en éste quehacer por sacerdotes que habían recibido una preparación especial para convertir a los jóvenes y adultos a la vida cristiana.

Posteriormente, se fundan en algunos lugares escuelas de cultura y religión, las cuales se desarrollaron en monasterios donde se realizaban formas comunitarias de educación, con reglas de tipo disciplinario, religioso e intelectual, pero al empezar a recibir jóvenes y niños, se establecen necesariamente las instituciones escolares, siendo de carácter selectivo, donde sólo se brindaba atención a los futuros dirigentes de la iglesia y a integrantes de las altas clases sociales.

Por otra parte, los autores hablan de la educación "patrística", la cual fue promovida por los Padres de la Iglesia, quienes con sus esfuerzos establecieron una educación que no sólo se basaba en la religión cristiana, sino que se fundamentaba además en la filosofía griega, dándole mayor solidez y credibilidad, puesto que derivó en el surgimiento de la sistematización intelectual, atribuyéndole una vital importancia a la razón.

Para lograr que la doctrina cristiana se consolidara como un organismo coherente, fue necesario establecer una base lógica, habiendo varias concepciones sobre Dios, el Hijo, el Espíritu y los hombres, las cuales diferían considerando algunos que el segundo es inferior al primero, pues depende de la voluntad de éste, mientras que otros hablaban de una similitud entre Dios e Hijo, unos más atribuían al Espíritu como el vínculo entre el pensamiento y la palabra, considerando a la Trinidad de Dios como la fuente de la divinidad. Otras concepciones sobre la existencia de Dios y sus preceptos centraron su atención en el inmaterialismo, dándole sentido a las creaciones de Dios, considerándolas como derivados de su inteligibilidad.

La educación patrística, forma parte de la cultura medieval, según la cual se concentró en los aspectos espirituales del hombre, descuidando a la investigación científica puesto que ésta representaba un peligro dirigido a preocuparse y ocuparse de lo externo, corpóreo y mundano. Por tanto, en la edad media la lógica clásica se convirtió en el elemento fundamental de la cultura y la educación.

San Agustín gran pensador de la Edad Media, representó una ideología fundada en la verdad dentro de sí mismos, es decir la dimensión de la interioridad espiritual como supremo criterio de verdad y certidumbre, puesto que al ser creados a imagen y semejanza de Dios los hombres pueden encontrar dentro de su fe y con fundamento en el amor, la verdad de Dios. Con esto y en relación con la educación, concibe al maestro como el propio hombre, puesto que la verdad se encuentra dentro de sí mismos, cuando un educando y su maestro interactúan, intercambian información y experiencias, reafirmando con esto la verdad existente dentro de cada uno, aprendiendo pues, mutuamente.

Es así la educación cristiana primitiva y la patrística, pretenden dirigir la vida del hombre, la primera desde un aspecto meramente religioso donde sólo seguía ejemplos de vida según los evangelios, mientras que la segunda incluye además de la religión, la filosofía, donde el hombre buscaba el sentido de su existencia, las respuestas a sus dudas sobre el correcto proceder dentro de sí mismo y no sólo basado en las Sagradas escrituras. Los dos tipos de educación toman en cuenta la fe, el amor y la esperanza, pero en la segunda se le da también importancia a la razón. Fue un tiempo en el que la religión se posicionó como un eje central de la sociedad, valiéndose de la educación como medio para tal fin, tratando de trasformar las mentes y los actos en razón de sus intereses.


 

BIBLIOGRAFÍA

Abbagnano, N. Y A. Visalberghi. (2009). Historia de la pedagogía. México: Fondo de Cultura Económica. La educación cristiana primitiva y la patrística (133-149).